
Orinar al aire libre parece una experiencia liberadora... excepto cuando eres mujer. Aquí tienes 9 (muy buenas) razones para pensártelo dos veces antes de bajarte los pantalones en el bosque.
Orinar al aire libre parece una experiencia liberadora... excepto cuando eres mujer. Entre el miedo a que te pillen y la complicada logística, ¡no es nada fácil!
Aquí tienes 9 (muy buenas) razones para pensártelo dos veces antes de bajarte los pantalones en el bosque.
1. La búsqueda del lugar perfecto para orinar.
Encuentra un lugar discreto al aire libre para bajar la guardia, ¿eh... los pantalones? Y justo cuando crees que estás escondida, bien escondida tras un arbusto, aparece un grupo de excursionistas, obligándote a realizar una maniobra de emergencia poco elegante. ¿Deberías sonreír, fingir que no pasa nada o gritar "¡No mires!"?
2. Te acechan peligros
Hormigas, garrapatas, serpientes, ortigas… ¡la naturaleza está llena de diminutos seres vivos que prometen hacerle la vida imposible a cualquiera que se acerque demasiado! Porque agazaparse en la hierba es como proporcionar un patio de recreo inesperado a estas amigables criaturas. Y si oyes un zumbido, no te asustes: podría ser solo una abeja… o un oso.
3. El dilema del papel higiénico
Un charco sospechoso, un olor extraño, un trozo de papel tirado por ahí, y de repente te sientes culpable. Ya te lo estás imaginando: "¡Ya lo vi!". Vale, usar papel higiénico es cómodo… pero dejarlo en la naturaleza es un delito ecológico.
Entonces, ¿deberías guardarlo en el bolsillo como un trofeo vergonzoso o convertirte en un fanático de la "sacudida salvaje"? ¡Una decisión difícil!
4. El tiempo siempre está en tu contra
Ah, esa brisa fresca que llega en el momento menos oportuno y convierte tu visita al baño en un desastre humillante. Viento, lluvia, nieve... los elementos conspiran contra ti.
Con el frío, quitarse la ropa se convierte en una pesadilla. Y con la lluvia, el suelo resbaladizo convierte tu ida al baño en una comedia... ¡para todos los demás! ¡Cuidado con acabar con el trasero en el barro! ¡Por eso nos encanta tener el baño en casa!
5. Demasiado que quitarse
En invierno, se puede decir que la operación "Me bajaré los pantalones para hacer pis discretamente" se convierte en un proyecto a largo plazo. ¿Y qué pasa cuando tienes que quitarte el arnés de escalada o el traje de moto?
¿O cuando tienes que quitarte tres capas de ropa técnica para orinar? De verdad te preguntas si valió la pena salir de casa. ¿Y dónde poner todo ese equipo? ¿En una roca? ¿En un árbol? Es un misterio.
6. La ley no está de tu parte
Y, por cierto, ¿es legal? ¿Me pueden multar si me consideran irrespetuoso con la naturaleza? Estas son preguntas que te rondan la cabeza mientras intentas no tropezar con una raíz.
Bueno, ¡debes saber que no es legal orinar al aire libre! Si un agente juramentado aparece en el momento menos indicado, podrías recibir una multa... y una anécdota bastante vergonzosa. Y las normas sociales son un verdadero problema, sobre todo en estas circunstancias.
7. Porque el equilibrio es un arte...
Orinar en cuclillas es una disciplina olímpica. Y un movimiento en falso es un desastre: salpicaduras, pantalones/zapatillas empapadas y una pérdida total de dignidad. Y, seamos sinceros, incluso estando perfectamente equilibrado, ¡se necesita mucha habilidad para evitar salpicarte!
8. …y levantarse no es tan fácil
Rodillas tercas, caderas crujientes... Sin embargo, el verdadero reto no es ponerse en cuclillas, sino conseguir levantarse de nuevo sin dramas.
Entonces, ¿deberíamos renunciar a los placeres de la naturaleza o contener la orina? ¡La pregunta tiene una respuesta rápida, como dice el dicho! Sigue leyendo.
9. Hay soluciones (mucho) más prácticas para orinar con tranquilidad
¿Para qué complicarse cuando existen alternativas? Con un urinario reutilizable, reciclable e incluso 100 % fabricado en Francia, apto para todo tipo de cuerpos femeninos, ¡se acabaron el estrés y las acrobacias!
Con algunos, ni siquiera tienes que bajarte los pantalones o shorts. Su uso es ultrasencillo. ¡Incluso discreto!
La naturaleza es hermosa... ¡Disfrutémosla!
En definitiva, encontrar el lugar perfecto y agacharse para orinar al aire libre es un verdadero desafío mental, físico y logístico. Entre los riesgos de ser visto, mojarse la ropa y los zapatos, o la picadura de una garrapata, quizá te preguntes por qué no te quedas en casa.
Así que, la próxima vez que vayas de excursión, ¡equípate con tu absorbente* para orinar de pie y disfrutar de la naturaleza sin miedo ni preguntas! Y orina donde quieras, con libertad y discreción.
* Te recomendamos el absorbente la marinette, pero bueno, cada uno hace lo que quiere, ¿no?