
El acceso a los baños públicos es un tema que te hace reír... o llorar, especialmente si eres mujer y tienes una necesidad urgente. Probablemente hayas notado que las filas afuera de los baños de mujeres a menudo se parecen a las de un concierto de Beyoncé, mientras que para los de hombres, son prácticamente una autopista. Ahora podemos reducir esta desigualdad con la marinette.
Profundicemos, sin juego de palabras, en este tema crucial para las mujeres.
Los baños de hombres suelen estar equipados con una gran cantidad de urinarios, donde los caballeros pueden hacer sus necesidades en un abrir y cerrar de ojos. ¡Eso es todo!
Y hablando de limpieza, chicas, todas estamos de acuerdo: sin ser demasiado tímidas (¿o tímidas?), ¡la higiene de los baños públicos suele ser deplorable!
Para las mujeres, usar los baños públicos les toma más tiempo porque evitan sentarse, tienen que desvestirse, evitan por completo tocar el inodoro y, por desgracia, a menudo se ensucian a pesar de todas las precauciones. ¡Imagina tener que hacer malabarismos con tampones o compresas mientras te enfrentas a una cola impaciente en la puerta!
Es como un espectáculo de circo, pero sin aplausos.
Para remediar esta situación, digna de una comedia de mal gusto, es hora de reequilibrar las instalaciones sanitarias e introducir la higiene obligatoria. Mientras esperamos que el derecho a orinar sea igualitario y que todos, hombres y mujeres, respondamos a la llamada de la naturaleza con dignidad y rapidez, existe un accesorio muy sencillo, la Marinette, para orinar de pie, sin desvestirse y con total higiene. Se enjuaga con agua o una toallita y se guarda en su funda de tela para que permanezca discretamente en el fondo del bolso.
¡Llevábamos tanto tiempo esperándolo!